- Enfermedades como diabetes y enfermedades vasculares crónicas que pueden afectar la recuperación y cicatrización.
- Pacientes jóvenes que no tengan los maxilares completamente desarrollados.
- Mujeres embarazadas.
- Pacientes fumadores (fumar afecta la cicatrización de los tejidos orales y puede comprometer el éxito del tratamiento).
- Pacientes alcohólicos o adictos a determinadas drogas.
- Pacientes que han recibido radioterapia en cabeza o cuello.
- Enfermedades crónicas como hipertensión arterial, enfermedades de tejido conectivo, hemofilia y alteraciones inmunes.
- Tratamientos con corticosteroides o drogas inmunosupresoras. La aplicación de implantes en estos pacientes es riesgosa y puede fracasar. Sin embargo, dependiendo del tipo de tratamiento y enfermedad que el paciente sufre, la colocación de implantes puede ser posible. La decisión final en estos casos pertenece al odontólogo.
El propósito del examen inicial es determinar si el área donde se han perdido las piezas dentarias es apta para recibir implantes. Después de recibir información detallada acerca de su salud sistémica, se procede a realizar el examen clínico de la cavidad oral. Una vez finalizado el examen, se toman radiografías y se pide un estudio tridimensional de la zona (tomografía axial computada o TAC). Con toda esta información, y una idea clara de sus expectativas, se determina su aptitud para este tratamiento.
Los estudios por imágenes son muy importantes para planificar el tratamiento. Como las imágenes en tres dimensiones que proporcionan las tomografías muestran con mucha claridad la condición de los maxilares, se usan en gran medida para definir si este tipo de tratamiento es posible o no. Estas herramientas de diagnóstico son fundamentales para el éxito del tratamiento de implantes.
Hoy en día, la colocación de implantes es simple e indolora. En primer lugar, se anestesia la zona con anestésicos locales y se descubre el hueso donde se colocará el implante mediante una incisión. El implante se coloca en el hueso en la posición adecuada. Una vez en su lugar, se coloca una tapa que cubrirá el implante durante el período de cicatrización y curación. Para que los implantes dentales funcionan adecuadamente y resistan las presiones masticatorias, deben estar firmemente integrados (o fusionados) en el tejido óseo. Esta fusión entre el hueso y el implante requiere un tiempo, que depende del tipo de cirugía, la región en la que se realizó, la edad y estado de salud del paciente. Normalmente, el paciente podrá recibir su prótesis definitiva después de un período de 5 semanas a 3 meses. Cuando hay deficiencia ósea, este tiempo de espera puede ser mayor.
Las aplicaciones de implantes son procedimientos quirúrgicos. La duración puede variar según la cantidad de implantes necesarios y si se deben realizar primero procedimientos adicionales, como aquellos para mejorar la calidad del hueso. Sin embargo, lo más importante es colocar los implantes con criterio y siguiendo todos los pasos necesarios, por lo que recomendamos a los pacientes no centrarse en la duración del procedimiento.
Dado que todos los procedimientos quirúrgicos se realizan bajo anestesia local, no sentirá dolor durante el procedimiento. En las cirugías asistidas por láser, la hinchazón y el dolor suelen ser mínimos después de la cirugía. Los analgésicos recetados por nuestro equipo evitarán que sientas dolor después del tratamiento.
Si no se trata de un área muy grande, normalmente puedes ir a trabajar y volver a tu vida diaria al día siguiente de la intervención.
Después de la cirugía de implantes, es importante aplicar compresas frías en el área tratada a intervalos regulares de acuerdo con las recomendaciones de su odontólogo. Esto evitará el edema y la hinchazón. También es importante que tomes la medicación como se te indique, y puedes considerar tratamiento láser en dosis bajas para acelerar la cicatrización. Durante el período de recuperación, su cuidado bucal también debe ser óptimo. La mala higiene bucal es una de las principales causas del fracaso de los implantes. También debe visitar a su dentista a intervalos regulares durante el período de recuperación.
Debes mantenerte alejado de alimentos y bebidas calientes durante los primeros días después de la operación. Se recomienda consumir alimentos blandos y nutritivos. Una vez que se completa la cicatrización de la herida, no hay restricciones dietarías de ningún tipo.
Así como nos cepillamos los dientes naturales con regularidad, también debemos cepillar la zona donde los implantes fueron colocados. Debes agregar el uso rutinario de hilo dental y cepillos interproximales a tu rutina de higiene oral para reducir el número de bacterias en la boca. El uso de colutorios también puede contribuir a mejorar la higiene bucal.
La densidad, la altura y el grosor del hueso en el área a tratar son importantes para determinar esta posibilidad, ya que afectan directamente al éxito del implante. En los casos en que el tejido óseo no sea suficiente, es necesario crear hueso con diferentes técnicas (utilizando injertos óseos) para aumentar la cantidad de tejido de soporte. Para este procedimiento, se puede realizar distintas técnicas de injerto óseo como la elevación de seno, injerto en bloque y formación de hueso horizontal y vertical.
Dependiendo de la cantidad de dientes faltantes, tu dentista decidirá qué tipo de prótesis temporal se realizará. Si te faltan muchas piezas dentarias, puedes utilizar una prótesis removible temporal o una prótesis fija según el método aplicado. Es posible realizar dientes temporales fijos al instante aplicando la técnica Bredent Fast & Fixed en edentulismos completos y algunos edentulismos parciales.
El factor más importante que determina la duración de un implante es la higiene bucal del paciente. Como todos los pacientes en general, los personas que reciben implantes deben consultar a un dentista cada seis meses y hacerse una limpieza dental para conservar la salud bucal y asegurar el éxito a largo plazo del tratamiento.
El tratamiento con implantes puede tener un costo mayor debido al nivel tecnológico necesario, la pericia, experiencia y formación profesional requerida y los materiales importados que se utilizan. También hay que considerar el tiempo que lleva que el implante se integre (fusione) por completo dentro del hueso.
La enfermedad es sistémica, por lo que afecta a todo el organismo en general, pero puede hacerlo en distintos grados. Incluso si hay una alta tasa de reabsorción ósea en el cuerpo, la calidad del hueso en la cavidad oral puede ser muy buena. Por otro lado, también puede haber casos en los que la calidad y el nivel de hueso en la cavidad oral sea insuficiente y exista una muy buena calidad ósea en el cuerpo.
Sí, se pueden tomar sin problemas. Sin embargo, los implantes pueden crear reflejos de luz en el tejido circundante, lo que puede reducir la calidad de las imágenes tomadas.
La investigación actual revela que la colocación quirúrgica de implantes tiene una tasa de éxito del 98 %. Para puentes fijos sobre implantes, se calcula que es de un 60% en un período de 10 años. La falla de este tipo de implantes generalmente ocurre dentro del primer año después del procedimiento quirúrgico. Cada año después de este período, la tasa de fracaso del implante disminuye en un 1%. El éxito del tratamiento está relacionado con el potencial de curación del paciente, hábitos como el tabaquismo, la higiene bucal, la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes, la marca del implante utilizado y la experiencia quirúrgica del odontólogo.
Toda intervención quirúrgica conlleva un riesgo de complicaciones. El sangrado, infecciones y las lesiones en los nervios, senos paranasales y cavidad nasal se encuentran entre estas complicaciones. Es posible minimizar estos riesgos con un buen examen y control radiológico. Los métodos de imágenes tridimensionales son efectivos para reducir las complicaciones. Además, la experiencia del médico y el sistema de implante utilizado también son importantes. Por ejemplo, los stoppers en algunos juegos de implantes evitan el uso incontrolado de herramientas manuales que pueden abrir el alveolo del implante y perjudicar su integración.
El titanio utilizado en el implante es un producto industrial muy avanzado obtenido con un 99,9% de pureza. Por lo tanto, los precios de este tipo de tratamiento normalmente son altos. El alto o bajo coste del tratamiento de implantes depende de la marca del implante utilizada y de los materiales quirúrgicos auxiliares utilizados durante el procedimiento.
Siempre será beneficioso elegir sistemas de implantes que den importancia a los estudios de I+D, tengan un éxito comprobado a largo plazo, no tengan problemas con el soporte técnico y ofrezcan suficientes opciones para la superestructura protésica. Sin embargo, el éxito de la aplicación del implante también está relacionado con el potencial de curación del paciente, el tabaquismo, el estado de higiene bucal, la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes que pueden afectar la curación y la habilidad quirúrgica del médico.